martes, 6 de junio de 2017

Confuso recuerdo.

"Vuelve y al menos inventa una despedida,
 finjamos que la tuvimos."
-The Eternal Sunshine of the Spotless Mind


Hoy te he visto en el metro, 
o en el cine, creo,
en verdad últimamente no distingo ni donde me encuentro.

Ibas leyendo algo en el móvil,
puede que escribiendo;
tal vez jugando al Clash of Clans
pero eso te haría parecer menos intelectual, 
así que pongamos que andabas escribiendo. 

Una canción ñoña, 
una nota de suicidio 
o tal vez una curiosa escaleta,
para un cortometraje fantástico o un largo tarantinesco.

Le ponías mucho empeño, 
prefiero optar por la última suposición; 
porque eres el futuro del cine español, 
romperás los esquemas,
y dejarás al mundo boquiabierto.

Eres puro ingenio; 
apuesto por ello, 
sin siquiera haber leído lo que ibas escribiendo.

También vi que llevabas puesto un auricular, 
imagino que escuchabas música;
puede que country de Johnny Cash, 
versos de Bob Dylan 
o tal vez algo más clásico, 
rollo Freddie Mercury, Sex Pistols o los Rolling.

Aunque igual me equivoco,
puede que fuera música comercial; 
Justin Bieber, Despacito o a Enrique Iglesias haciendo playback,
qué más dará; 
prefiero no pensar esas cosas,
o que no sean verdad, 
porque entonces
me dejarías de importar.

Desviaría la mirada 
y serías una farsa más. 

Has levantado la cabeza y me has cazado infraganti observándote a lo lejos, 
no me molesto en apartar la mirada, 
ya no hay vuelta atrás.

En lugar de hacerte el sueco,
me has sonreído, saludado
y te has acercado a contarme entusiasmado 
la idea para tu guion; 
te has sentado a mi lado 
y luego nos hemos callado.

A punto estaba de comenzar la obra de teatro.

Me has cogido la mano, sonreído en la oscuridad, 
la has besado y hemos visto algo de Shakespeare,
Lope o Lorca en el escenario.

Como ya te he dicho, ultimamente no distingo ni dónde me encuentro;

Ahora que lo pienso,
tal vez fuera todo un sueño;
recuerdo las sábanas, el cuadro de Amelie en el cine, 
nuestra foto en el metro de Nueva York 
y la estantería llena de libros de teatro clásico, 
cine y ciencia ficción.

Me giro y no te encuentro, 
un oso de peluche ocupa tu lugar.

Mis recuerdos parecen difusos ahora que tú no estás; 
me siento confusa, perdida en esta gran utopía,
confundo vigilia y ensueño, 
vivo en un delirio irreal, atemporal, que tampoco entiendo;
ni Descartes podría sacarme de este desconcierto. 

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