Intento de poema alegre que acabó en deprimente

Para Paula, me pediste que escribiera algo alegre, pero no pude contenerme.

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Deprimente, deprimentes son mis versos.

Deprimente es tirarte a la cama, agotada;

cuando a penas has salido de ella,en todo el fin de semana. 

Deprimente es cualquier película romántica, cuando piensas que todo es una farsa. 

Deprimente es aquel, que no tiene ningún propósito de vida;

el que mira cómo pasan sus días, 

como estaciones de tren, cuando viaja en tranvía. 

Deprimentes no son solo mis versos, 

lo es toda mi narrativa. 

No me pidas que escriba sobre la alegría, cuando no conozco ese tipo de poesía. 

Quiero pensar que maduré a base de capítulos de Skins; 

que mis versos son tristes porque Effy siempre estará triste; 

porque nunca comprenderé a Panda, ni al resto de personajes risueños, que están todo el puto día sonriendo; 

porque imagino que cansa, eso de tener que fingir todo el tiempo.

No visto siempre de negro, pero  a veces lo prefiero;

no es mi culpa si me siento extraña,

enfundada en un llamativo vestido, color naranja; 

no soy gótica, emo, siniestra ni viuda; 

pero no puedo evitar que colores como el rosa fucsia me traigan malos recuerdos.

No veo el mundo en blanco y negro,

veo atisbos de color en aquello en lo que creo.

Tampoco vengo de una película de Tim Burton; 

aunque la palidez y  las ojeras, puedan no dejarlo muy claro.

Admito ser pesimista;

sin embargo, mi imaginación va por libre,
a veces parece tener un punto de vista,
que se pasa de optimista;

puedo pasar horas y horas, soñando despierta
-en el Olimpo y las nubes- 
con rockeros azules que salvan a la princesa.

Capaces de convertir el blanco y negro;

en sistema RGB, Blue ray e incluso en Hd.

Con un solo roce a sus labios; 

rojos, heridos y rajados, 

con sabor a óxido y no a brillo de labios.

Incluso la dedican versos, baladas rockeras;

al nivel de The Scorpions, siempre los mejores tratando estos temas.

Transforman lo deprimente en atrayente, 

porque hay quien sostiene, que el amor es capaz de hacerlo;

que mueve el mundo, cambia a la gente, 

e incluso salva al escéptico de morir en el intento.

Pero para quien no cree en el amor verdadero, 

le es tan deprimente como lo son mis versos.