domingo, 31 de mayo de 2020

Emoticonos

Los corazones rojos
ahora son más 
que simples emoticonos.

Ya no puedes usarlos 
a modo  
de carita sonriente.

Hemos desmitificado
los te quiero,
robado su valor.

Y han caducado
por ello
cientos de películas de amor.

Menos mal,
que los te amo
todavía inspiran miedo.

Causan
a lo sumo
algo de respeto.



¿Qué sería del sentimiento
si su única forma 
de manifestación
fuese el dibujo 
de un corazón 
ex profeso
creado a ordenador?

Posiblemente 
nada nuevo.

Sobre todo ahora,
que somos todos ateos.

Decimos 
que no creemos,
cuando no sabemos 
si lo hacemos.

Por eso 
mi teclado 
me recomienda usar el negro.


No miento
cuando digo
que no sé si creo.

Creo. 
Supongo
que algo siento.

Soy agnóstica 
de emoticonos,
atea 
de las apps de ligoteo,
creyente 
de cualquier cosa
durante mis bloqueos
y soñadora de películas
por encima de todas las cosas.

martes, 5 de febrero de 2019

Is- Art

Duerme en un delirio de Dalí, 
pintado desde el jardín del Bosco. .

‘Más allá de los sueños’, viaja en un tren 
movido por bailarinas de Degas
que juegan a tirarle de la ropa, 
porque sus colores 
son lo más parecido al óleo,
que han encontrado 
fuera de sus marcos.

Por la ventana, 
ve como llueve en la noche estrellada de Van Gogh, 
que salpica sin querer, queriendo, un cuadro de Jackson Pollock.

Locura e ingenio se dan la mano 
en un lienzo en blanco 
en el que la pintura tropieza entre pasos premeditados.

Las señoritas de Avignon posan 
desnudas y feministas, 
reivindican no ser igual de famosas que el Guernica.

Mc Cartney las tranquiliza
cantando “Picasso’s last words”

Despierta, y lo primero que dice:

Falta arte en el rock&roll.

Londres


Sus lágrimas tiñen el otoño de gris,
y la hacen parecer hostil.

La niebla maquilla los grafittis de sus calles, 
para que parezca menos Londres, 
y más cualquier otra parte.

El frío, solo afecta a los extraños,
el londinense nació acostumbrado.

Llora y grita, 
no quiere marcharse.
La obligan.
A separarse de su familia,
Otras ciudades.

Bill Withers suena en Notting Hill,
“Ain’t no sunshine when she’s gone....”

Y es que no lo hay,
No lo habrá.
Su amanecer no será igual,
Si se va, ¿Quién le cantará?

McCartney está de gira,
Lenon murió.

También 
podéis olvidaros de los Stones.

Ahora resulta que lo hace Alfred García,
“Música acústica, un acorde menor”. -

Europeo, 
catalán, 
y español.

Si se va,
¿Quién le cantará?

A la ciudad de la lluvia,
de las canciones tristes,
La de las mil distopías.

El hogar de Harry Potter, 
ciudad de acogida de los Beatles 
cerca de Oasis,
las nubes

y Tú.

sábado, 6 de octubre de 2018

La vida tóxica

Encontraron el cadáver envuelto en tela vaquera, 
en una de esas cazadoras de los 60.

La envidia firmaba su cabeza.
La codicia sus muñecas
Mientras, la hipocresía 
le había cortado la lengua.

Todavía firmes, 
sus manos 
sujetaban una libreta. 

Antes de morir, 
la inseguridad 
borró con lágrimas
todas sus ideas. 

Descansa en paz, pequeña.
Al menos, mientras puedas.

Solo te quedan un par de vidas 
que quitarte

de la misma manera.

viernes, 7 de septiembre de 2018

Soy Culpable de Homicidio

Soy culpable de homicidio. 
Del último residuo de intensidad 
que restase en mi delirio.

Me asfixio.
Entre un millón de prejuicios. 
Tengo el estómago vacío 
y el pecho oprimido 
en un suspiro 
de genes amargos 
y sentimientos desfogados.

Empiezo a padecer de afasia por no leer,
o por leer sin leer.
Pero sin querer, 
sin llegar a entender 
a la musa que aquel poeta 
tuvo que obedecer.

Ahogo mis dudas en el café, 
los gritos en el alcohol 
y las lágrimas en el papel. 

Me siento en la iglesia, 
sin saber qué hacer, 
busco respuestas
donde otros parece que las ven.

Mientras el resto asciende, 
el plomo de mi pecho 
me obliga a caer. 

Tengo miedo de alcanzar el suelo, 
de que al fondo del vacío
haya agua 
donde debería estar el cielo. 

Porque entonces 
sabría que lo que toco es la Estigia 
y no el Olimpo.
Sin otra vida, 
sin paraíso.

Entonces sabría que no existe la redención 
para una pecadora adicta a lo incorrecto, 
que no hace más que escribir mentiras sobre el infierno.

domingo, 8 de julio de 2018

Pesadilla

Hará cosa de un mes,
las calles de Madrid 
empezaron a olerme a pesadilla.

Era una sensación muy extraña

De un momento a otro, 
un resumen muy preciso
de los que fueron 
mis terrores durante años,
resucitan
con la misma fuerza
recreados en mi mente.

El hombre del saco, 
mi cuerpo en llamas
O un imbécil 
con las manos demasiado largas.

Es cuestión de un par de segundos
Revivo 
el insomnio 
de mis peores malas noches.

Solo yo.
Sola en ese instante.

No sé 
si será culpa mía
por forzar 
la intensidad.

Un pretexto de la creatividad.

Tal vez haya conseguido 
sentir de verdad.

Puede que la vida esté probando mi aguante

Quizás solo pretenda asustarme.

No puedo jugársela al destino

Ni seguir tirando fichas a Caronte

Debería volver a lo de antes

Limitarme a sonreír

Fingir que estoy feliz 
a cada instante.

Y olvidarte.

Porque gracias a ti escribo

Me deprimo,

tengo pesadillas

Y dirijo dramas reflexivos 
como Linklater.

Puedo soportar mis pequeños desvíos mentales. 

Cuando deje de tener sueños por la calle, 
sabré que mis musas han muerto 
y no me quedarán suficientes razones
por las que cumplir instantes.

lunes, 14 de mayo de 2018

Héroes de bar

Hoy soñé con volver a ver 
tu número apuntado en la agenda de contactos. 

Como si todavía fueras tú, 
o nunca te hubieras convertido en nadie. 
Como si aún fueramos algo, 
no un vacío inerte de versos con barro.
Como si me lo hubiera imaginado. 
Y nada hubiese pasado.

Hoy soñé con cantares de gesta
en boca de sirenas de un bar Coyote.
Sobre el mio Cid del ron sin cola,
y la Xena Guerrera del bourbon sin soda.

El intenso galán sin espada
Que ni lleva armadura, ni va de gala.
El de las camisetas de grupos de rock.
La princesa guerrera de las medias rotas. 
La de los tacones altos
y la falda corta.

Anoche soñé que juntos
nos convertíamos en héroes.

Que Bowie y Loriga escribían 
en verso 
sobre nosotros.

Que invadíamos Guernika
con chalecos ignífugos
y tanques abstractos. 

Que Picasso terminaba por pintar su cuadro.

Hoy soñé que no me hiciste daño.
Que el nosotros nunca existió. 
No fue más que otro delirio de mi enajenación.

Nos perdimos en los sueños de Lorca,
y también morimos
de un disparo a quemarropa.