Hoy soñé con volver a ver
tu número apuntado en la agenda de contactos.
Como si todavía fueras tú,
o nunca te hubieras convertido en nadie.
Como si aún fueramos algo,
no un vacío inerte de versos con barro.
Como si me lo hubiera imaginado.
Y nada hubiese pasado.
Hoy soñé con cantares de gesta
en boca de sirenas de un bar Coyote.
Sobre el mio Cid del ron sin cola,
y la Xena Guerrera del bourbon sin soda.
El intenso galán sin espada
Que ni lleva armadura, ni va de gala.
El de las camisetas de grupos de rock.
La princesa guerrera de las medias rotas.
La de los tacones altos
y la falda corta.
Anoche soñé que juntos
nos convertíamos en héroes.
Que Bowie y Loriga escribían
en verso
sobre nosotros.
sobre nosotros.
Que invadíamos Guernika
con chalecos ignífugos
y tanques abstractos.
Que Picasso terminaba por pintar su cuadro.
Hoy soñé que no me hiciste daño.
Que el nosotros nunca existió.
No fue más que otro delirio de mi enajenación.
Nos perdimos en los sueños de Lorca,
y también morimos
de un disparo a quemarropa.
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