martes, 27 de febrero de 2018

Artista frustrada

No sé cómo lo hago 
para inspirarme siempre 
en los lugares más insospechados.

A oscuras
en una habitación. 

En la esquina derecha
de un baño sin luz, 
junto al vacío 
que ahogó mis propósitos en el pasado, 
y ahora me produce escalofríos 
cuando lo rozo, 
o tengo que mirarlo. 

En el pequeño rincón 
entre la ventana 
y la cómoda de mi cuarto, 
junto a las pesas naranjas, 
bajo el póster de 'El Padrino', 
en diagonal al de 'Pulp Fiction'.

A veces 
acabo llorando. 
Sin saber por qué. 
Supongo que ver mis pensamientos por escrito
duele más que dejarlos escondidos.

Son mi pequeña muestra de humanidad.

Me recuerdan 
que a veces siento, 
y que no tengo todo tan claro 
como opina el resto.

Que en realidad 
no soy más que un manojo de ideas y nervios. 

Que ni siquiera llego a romántica; 
a penas paso de dramática. 

Una intensa más que añadir a la lista. 

Otra obsesa del cine. 

Con una sensibilidad bizarra por los tipos tristes.

Un cúmulo de ambiciones sobrevaloradas 
dibujan a esta artista frustrada, 
que no solo escribe en el metro, 
y que encima, 
cada vez está menos inspirada.

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